En el planeta Marte, el polvo junto con el viento constituye un fenómeno meteorológico singular. El polvo se deposita en la superficie del planeta y al mismo tiempo se mantiene en suspensión en la atmósfera y es, por tanto, uno de los principales problemas de la instrumentación que se usa para exploración planetaria. Es importante simular los efectos del polvo ya que este modifica las lecturas de los sensores ambientales. El polvo modifica los valores de emisividad de las superficies y por tanto falsea las medidas de la temperatura ambiental y la temperatura del suelo, así como limita el rendimiento de los paneles solares. Por último, es importante conocer la velocidad del viento y dirección cuando se desea, por ejemplo, taladrar el suelo. Esta acción levanta polvo. Polvo que debemos de tener en cuenta a la hora de programar la orientación del vehículo en el momento de realizar el taladro.

En la cámara MARTE, hemos diseñado y construido un sistema generador de polvo que nos permite estudiar el efecto del polvo depositado.

El Sistema de Generación de Polvo (SGP), se encuentra en el interior de la cámara de polvo, fijado mediante tres soportes. El SGP consiste en un receptáculo donde se introduce el polvo, al cual se le hace vibrar, por medio de un motor dotado de un contrapeso desplazado del eje de giro. El motor genera una vibración sobre un sistema de tamices en serie para conseguir que el polvo salga por la parte inferior aprovechando la gravedad.

El modo de funcionamiento es el siguiente:

Se soporta la parte fija al interior de la cámara del polvo a través de los tres tornillos de desplazamiento. Se introduce el sistema de vibración con el polvo insertado previamente en el repositorio. Este sistema apoya sobre amortiguadores o espaciadores y no está fijo a ningún punto de la cámara del polvo. Cuando el sistema está montado se genera la rotación del motor cuya masa del eje se ha desplazado, con esto se consigue que todo este sistema vibre, lo cual hace que el polvo depositado en el habitáculo caiga a través de los tamices, consiguiendo así tener una lluvia de polvo en la cámara atmosférica generada por la fuerza de la gravedad.